Todo parecía ser una noche tranquila en la colonia Paseos del Sol, pero todo se convirtió en una escena de horror. Daniela Julieth Ríos Grajeda, una joven nutrióloga de 24 años de edad y egresada de la Universidad de Guadalajara, fue brutalmente asesinada en su propia casa. Su presunto agresor, un joven de 18 años, declaró que una canción le “ordenó” cometer el crimen.
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¿Qué se sabe sobre estos hechos ocurridos?
El caso ha generado conmoción por lo absurdo y alarmante de los hechos: no existía vínculo alguno entre víctima y victimario. El atacante viajó desde Tonalá con un cuchillo y una intención clara: quitarle la vida a una desconocida.
¿Un crimen planeado sin razón aparente?
De acuerdo con la versión oficial, el agresor, identificado como Marcos Alexander abordó varias rutas de transporte público hasta llegar a la vivienda de Daniela. Iba vestido con una capa negra y portaba un arma blanca.
Al estar dentro de la casa, subió directamente al segundo piso y atacó a la joven en su habitación. Los gritos de auxilio alertaron a vecinos, quienes intentaron intervenir. El atacante intentó huir saltando por una ventana, pero resultó herido y fue retenido hasta que llegaron las autoridades.
Ante su declaración, Marcos Alexander afirmó que escuchaba voces provenientes de una canción de black metal que le indicaban cometer el asesinato.
Indignación y luto en la UDG
La Universidad de Guadalajara, especialmente el Centro Universitario de la Costa, donde Daniela estudió, expresó su consternación. Compañeros, docentes y familiares la describen como una joven llena de vida, profesional, y comprometida con su vocación.
Daniela se había mudado a Zapopan para iniciar su carrera como nutrióloga, dando consultas y asesorías en gimnasios. Su sueño de crecer profesionalmente fue interrumpido de forma brutal e injustificable.
Hoy exigen justicia con perspectiva de género por lo ocurrido con la joven
El fiscal estatal confirmó que el caso está siendo investigado como feminicidio, aunque el móvil aún no ha sido totalmente esclarecido. Activistas y colectivos feministas han exigido a las autoridades que no minimicen el hecho ni lo atribuyan únicamente a una supuesta alteración mental del agresor.
“Este no es un caso aislado. Es la muestra de una violencia que sigue afectando a miles de mujeres en el país. No fue una canción, fue un feminicida”, expresó una integrante del colectivo “Red Violeta” en Jalisco.
Otra vida apagada, una sociedad que exige respuestas
La historia de la joven Daniela es solo un reflejo de una violencia estructural que sigue cobrándo vidas. Entre el dolor, su comunidad exige justicia, verdad y garantías para que ninguna otra mujer tenga que vivir ni morir en condiciones similares.
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