A más de dos semanas de que se registrara el fenómeno de mar de fondo en las costas de Guerrero, las secuelas aún son visibles en playas como Bonfil, en la zona Diamante de Acapulco. Restaurantes y negocios locales siguen enfrentando dificultades para operar con normalidad debido a la alteración del entorno costero.
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Durante un recorrido por el área, se pudo constatar que varios establecimientos siguen sin poder colocar su mobiliario en la franja de arena, afectada por la fuerza de las olas y la reducción del espacio disponible. Este fenómeno, caracterizado por oleajes largos y constantes generados por tormentas en alta mar, ha golpeado a la economía de las familias que dependen del turismo y la venta de alimentos en la playa.
Además de Bonfil, otras playas como Revolcadero también presentan una reducción considerable en su franja de arena. Restauranteros y comerciantes coinciden en que este tipo de fenómenos no son nuevos, pero cada vez parecen más intensos y frecuentes.
Aunque el mar de fondo es un fenómeno natural que puede ocurrir en cualquier época del año —especialmente entre mayo y noviembre—, representa un riesgo tanto para los negocios costeros como para bañistas, por lo que las autoridades recomiendan mantenerse informados y seguir indicaciones de Protección Civil.
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