Un domingo que parecía normal de oración terminó en verdadero terror y caos en la iglesia Cross Pointe Community, ubicada en el suburbio de Wayne, al oeste de Detroit. Todo comenzó cuando hombre armado irrumpió durante la misa dominical, disparó y desató pánico entre los 150 feligreses presentes, antes de ser neutralizado por un guardia de seguridad.
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¿Qué se sabe de este lamentable hecho ocurrido al interior de una iglesia?
Un atacante, un disparo y una respuesta decisiva. El incidente ocurrió cerca de las 11:00 a.m. (hora local), en plena misa dominical. El agresor, identificado como Brian Anthony Browning, de 31 años y residente de Romulus, vestía un chaleco táctico y portaba un rifle tipo AR‑15 y una pistola.
Desde el exterior de la iglesia, comenzó a disparar hacia el inmueble mientras los fieles buscaban refugio o huían despavoridos.
La situación escaló con rapidez: un miembro de la congregación embistió al atacante con su camioneta, lo que permitió al guardia de seguridad acercarse y dispararle para neutralizar la amenaza.
¿Cuántas victimas dejó este hecho?
Balaceado en la pierna: el guardia fue el único herido confirmado. Las autoridades informaron que la única persona herida fue el guardia de seguridad, quien recibió un disparo en una pierna al enfrentar al atacante. Ingresado en un hospital, su condición fue reportada como estable tras cirugía. A través de esta acción se evitó una masacre de proporciones mayores.
A pesar del caos, la respuesta rápida y la valentía de los miembros del templo impidieron que más personas resultaran lesionadas.
¿Qué se sabe sobre el atacante?
Según las investigaciones preliminares, Browning no mostraba antecedentes penales relevantes, pero sí había asistido a los servicios de esta iglesia en ocasiones anteriores, pues su madre es miembro de la congregación. Algunos indicios apuntan a que podría atravesar una crisis de salud mental, aunque ese punto aún está en verificación.
Al momento de su arresto, la policía halló más armas, municiones y equipo táctico en su domicilio en Romulus, lo que sugiere que el ataque pudo haber sido planeado con antelación.
Ecos de conmoción y solidaridad.
El pastor del templo, Bobby Kelly Jr., reconoció el trauma vivido por la comunidad. En sus declaraciones, señaló que uno de los feligreses “no dudó en actuar” para contener al agresor. La iglesia anunció que suspenderá temporalmente sus actividades presenciales y ofrecerá apoyo espiritual en línea mientras continúan las pesquisas.
Por su parte, las autoridades locales y federales, incluido el FBI, se han involucrado en la investigación, revisando cámaras de vigilancia y recopilando testimonios de testigos.
¿Cómo es posible que un espacio sagrado se haya convertido en una escena de horror?
La pregunta que todos nos hacemos, al reflexionar este suceso. Lo que debía ser un momento de paz y recogimiento acabó en una jornada marcada por el miedo y el heroísmo. Gracias a la intervención del guardia y fieles valientes, una tragedia mayor pudo evitarse. Ahora resta esclarecer el móvil del agresor y garantizar que actos como este no vuelvan a repetirse.
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