Lo que comenzó como un paseo relajado en tuk-tuk terminó convirtiéndose en una de las experiencias más aterradoras para Molly, una creadora de contenido neozelandesa que viaja sola retratando destinos alrededor del mundo. En cuestión de minutos, la aventura se transformó en una pesadilla.
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Según contó, un hombre que inicialmente parecía amable se acercó con actitud amistosa, pero pronto su comportamiento cambió por completo: pasó de las palabras inapropiadas a gestos explícitos que la dejaron paralizada. Ante la situación, Molly se alejó rápidamente, aún en estado de shock.
La conversación en redes: apoyo masivo… y los comentarios que siempre aparecen
Su testimonio explotó en redes. Miles de mujeres compartieron historias similares y le ofrecieron apoyo, pero también surgieron los mensajes que revelan un problema profundo:
“¿Por qué viajas sola?”, “Eso te pasa por confiar”, “Te falta experiencia”.
Molly respondió con contundencia:
“Las mujeres no deberíamos movernos con miedo. El problema no somos nosotras.”La frase se volvió viral de inmediato.
¿Cuál fue la respuesta de las autoridades antes la denuncia de Molly?
Tras el incidente, Molly acudió a la Policía Turística de Sri Lanka. La respuesta fue rápida: localizaron al agresor y lo arrestaron en menos de una semana. Un resultado que, aunque no borra la situación, envía un mensaje claro sobre la importancia de denunciar.
Viajar sola: Libertad con precauciones que otros no tienen que pensar
Como muchas viajeras solas, Molly reconoce que viaja con un radar interno siempre encendido:
- Analiza cada entorno.
- Toma precauciones adicionales.
- Porta herramientas de protección permitidas.
- Y confía en su intuición para alejarse cuando algo no se siente bien.
No es falta de aventura. Es supervivencia.
Une voyageuse néo-zélandaise en road trip au Sri Lanka a filmé un harceleur qui l’a suivie en scooter avant de se masturber devant elle.
— Camille Moscow 🇷🇺 🌿 ☦️ (@camille_moscow) November 19, 2025
Cinq jours après son signalement, l’homme était arrêté.
Molly, elle, résume la réalité : voyager seule quand on est une femme, c’est rester… pic.twitter.com/mYzKunf1cP
Este fue mensaje final: no dejes de viajar, pero tampoco calles lo que pasa
Molly no quiere desanimar a nadie. Por el contrario, defiende que más mujeres viajen solas, pero con información, apoyo y sin cargar culpas que no les corresponden.
Su historia recuerda algo que debería ser evidente: Viajar sola no debería ser un reto. Debería ser simplemente… vivir el mundo.
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