El poder de la naturaleza se muestra en toda su brutalidad en un video reciente donde un cocodrilo tritura y devora a un cerdo con una facilidad impresionante. La escena no solo impacta por su crudeza, sino porque confirma por qué estos reptiles poseen la mordida más fuerte del reino animal. Un cocodrilo grande, especialmente el de agua salada, puede ejercer una presión de hasta 1,678 kilogramos al cerrar sus mandíbulas, superando por mucho a depredadores como el león (450 kg), el tiburón blanco (950 kg) e incluso al ser humano (70–120 kg).

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Esa fuerza descomunal les permite romper huesos, caparazones de tortugas y desgarrar carne en cuestión de segundos, tal como se observa en la grabación. Sin embargo, una curiosidad sorprendente es que, aunque sus músculos para cerrar la mandíbula son formidables, los que la abren son increíblemente débiles: basta una cinta o incluso la fuerza humana para mantenerles la boca cerrada.

A pesar de su potencia, los cocodrilos no mastican. Su técnica es simple y letal: muerden con fuerza devastadora, arrancan grandes trozos y los tragan enteros. La escena del cocodrilo devorando al cerdo es un recordatorio claro de por qué estos reptiles, con millones de años de historia, siguen siendo uno de los depredadores más temidos y eficientes del planeta.

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