En el municipio de Tixtla, Guerrero, se resguarda una de las leyendas más inquietantes de la región: un libro cuyas cubiertas estarían hechas con piel humana. La historia cuenta que en 1954, durante unas obras de construcción cerca del sitio donde hoy se ubica la Biblioteca Pública No. 23 Ignacio Manuel Altamirano, un grupo de trabajadores halló una olla sellada con seda que contenía unas pastas color marrón, unas tijeras y una hoja que relataba el origen del misterioso material.
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Según la leyenda, la piel pertenecía a Benita, una santera que realizaba trabajos de santería blanca y que, al morir, habría dejado parte de su cuerpo como ofrenda para proteger un libro de sonetos de Sor Juana Inés de la Cruz. Las pastas, de unos 30 por 20 centímetros, cubren actualmente el ejemplar, que permanece bajo resguardo en una vitrina de la biblioteca.
Quienes lo visitan aseguran sentir una energía especial al acercarse. Algunos incluso afirman que el libro “emana magia” y que por las noches suceden hechos extraños en el recinto: puertas que se abren solas, libros que caen sin explicación o pasos que resuenan en los pasillos vacíos. Los bibliotecarios aseguran que, aunque muchos han querido comprarlo, el ejemplar no está a la venta.
A más de 70 años de su hallazgo, el libro de Tixtla sigue siendo un enigma entre la historia y lo sobrenatural. Sus pastas de piel humana, reales o no, mantienen viva una leyenda que mezcla fe, misterio y fascinación por lo oculto en el corazón de Guerrero.
Con información de Uriel Bello, Fuerza Informativa Azteca.
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