Figura emblemática de inicios de los 2000 gracias a papeles inolvidables en One Tree Hill, A Cinderella Story y Gilmore Girls, Chad Michael Murray emerge ahora más sólido y reflexivo que nunca. A punto de cumplir 44 años, ha protagonizado un regreso significativo a Hollywood, esta vez reforzado por su convicción religiosa, su rol de padre y una renovada gratitud por su carrera.
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El renacer de un galán en la pantalla
En Ponte en mi lugar de nuevo, Murray retoma su papel de Jake, el galán de chaqueta de cuero y motocicleta Ducati con carisma maduro y renovado, mostrando que, aunque ha pasado el tiempo, su encanto sigue intacto.
El camino hacia la estabilidad personal
Tras años bajo la presión de la fama juvenil, el actor reconoció haber estado a punto de abandonar la actuación. Cerca del agotamiento emocional, optó por buscar ayuda terapéutica y reencontrarse con su fe católica, elementos que considera clave para salir de etapas oscuras de su vida . Ese retorno espiritual lo ha reconectado con sus raíces: infancia marcada por la ausencia de su madre, trabajos juveniles para ayudar en casa y su rol como monaguillo en la iglesia.
Su familia: su centro de gravedad
Casado desde 2015 con la actriz Sarah Roemer, Murray es padre de tres hijos. Valora profundamente su papel como padre y esposo, priorizando proyectos que le permitan estar presente en su hogar. Durante las filmaciones de Sullivan’s Crossing en Canadá, lleva consigo a su familia, fortaleciendo el sentido de unidad.
La fe en cada plegaria
Su vínculo con Sullivan’s Crossing surgió tras dos años de oraciones específicas: deseaba un papel que combinara cercanía familiar, contenido positivo y entornos hermosos. Ese deseo se cumplió con creces: comparte set con su excompañero de Gilmore Girls, Scott Patterson, vivencia que describió como una bendición.
Superando una crisis de salud que marcó su destino
A los 15 años, Murray enfrentó una experiencia cercana a la muerte: fue hospitalizado por una torsión intestinal, perdió el 50 % de su sangre y requirió cirugía de emergencia. Los momentos críticos lo llevaron al límite, pero también marcaron el inicio de su transformación vital.
Miradas al futuro con nostalgia
Hoy, Murray abraza con orgullo el factor nostalgia. Disfruta del cariño que aún despiertan sus personajes antiguos y no esquiva fotos o saludos con fans. Considera que su vocación como actor es llevar alegría a las personas. Además, su reencuentro en Freakier Friday junto a Lindsay Lohan ha sido descrito como un “reencuentro de secundaria”, retomando con entusiasmo un capítulo querido de su carrera.
Chad Michael Murray parece haber encontrado un equilibrio que muchos artistas buscan: unión familiar, compromiso espiritual y una carrera que ahora abraza tanto lo nuevo como lo nostálgico con humildad y gratitud.
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