Hay quienes dicen que la Patagonia es un sueño… pero aquella tarde se convirtió en una pesadilla. Un viento furioso tan rápido como un auto en carretera azotó Torres del Paine con ráfagas de más de 190 km/h, levantando nieve, hielo y silencio. En minutos, la montaña se tragó a varios excursionistas. Entre ellos, dos mexicanos que viajaron para cumplir un sueño: Cristina Calvillo Tovar y Julián García Pimentel.
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Ambos estaban recorriendo el circuito “La O”, uno de los más exigentes y solitarios del parque. Y aunque iban preparados, la naturaleza no dio tregua. Cristina fue encontrada sin vida dentro del parque; Julián aún respiraba cuando lo rescataron, pero no logró llegar con vida al refugio.
Cinco turistas murieron aquel día: dos mexicanos, dos alemanes y una británica. Una tragedia que recorrió el mundo en horas.
#LatitudFIA | Cinco turistas perdieron la vida en Torres del Paine, en #Chile, tras una intensa tormenta de #nieve
— Fuerza Informativa Azteca (@AztecaNoticias) November 19, 2025
Las víctimas, originarias de México, Reino Unido y Alemania, fueron desorientadas por las extremas condiciones climáticas.
Autoridades confirmaron que las otras… pic.twitter.com/E7GLyALHC1
¿Qué salió tan mal en un lugar visitado por miles cada año?
La Patagonia es hermosa… pero impredecible. Aunque existían advertencias de mal clima, la tormenta que golpeó el parque fue considerada “extrema y súbita”. Los expertos señalan que ni el equipo adecuado garantiza sobrevivir a una tormenta así: cero visibilidad, temperaturas mortales y vientos capaces de derribar a una persona preparada.
Mientras tanto, en México, las familias de Cristina y Julián reciben apoyo consular para la repatriación. Sus nombres ya no son solo estadísticas: son recordatorios de que incluso los aventureros más apasionados pueden quedar vulnerables ante la fuerza salvaje de la naturaleza.
¿Por qué esta historia está sacudiendo a miles?
Porque habla de viajes, de sueños… y de cuánto puede cambiar el mundo en un instante.
Porque estos jóvenes podrían haber sido tus amigos, tus primos, tus compañeros de viaje.
Porque todos hemos soñado alguna vez con un destino lejano sin imaginar que el riesgo puede estar a solo un paso.
La montaña no perdona...
La naturaleza es hermosa, sí… pero también recordemos que, es poderosa.
Y esta tragedia nos recuerda que cada aventura merece respeto, preparación y humildad.
Aun así, Cristina y Julián murieron haciendo lo que amaban: explorar.
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