A más de un año del impacto del huracán “Otis”, la bahía de Acapulco no solo evidencia la devastación material de cientos de embarcaciones, sino también la tragedia humana de las aproximadamente 24 familias de marineros que continúan buscando a sus seres queridos.

La angustia de las familias se ha transformado en una batalla legal y burocrática, según lo expresado por Cristina Sánchez Camacho, esposa del capitán Parra. La mujer, que encabeza el clamor de las familias, señala que el estancamiento de los casos les impide obtener las actas de defunción necesarias, lo que a su vez bloquea la gestión de seguros y pensiones. El problema radica en la falta de un documento oficial por parte de las autoridades federales que certifique la conclusión de la búsqueda, manteniendo a los desaparecidos en un limbo jurídico que prolonga su dolor y vulnerabilidad económica.

Ante la falta de avances, las familias exigen con urgencia a las autoridades federales que retomen los operativos de búsqueda y agilicen los procesos para la expedición de las actas correspondientes. La persistencia de este grupo de deudos, cuyas vidas quedaron destrozadas la noche del huracán, no solo busca el retorno de sus marineros, sino también justicia y reconocimiento oficial a su tragedia, evidenciando que, para ellas, la emergencia de “Otis” sigue siendo una herida abierta.

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