Guerrero: Entre el calor costero y la frescura serrana
Guerrero es mucho más que sol y playa. Descubre cómo este increíble estado pasa de las cálidas costas a las frescas montañas en un abrir y cerrar de ojos.
Frecuentemente imaginamos Guerrero como un estado de playas soleadas y calor constante. Y si bien es cierto que gran parte de su territorio se caracteriza por temperaturas elevadas, la realidad climática de la entidad es mucho más compleja y fascinante. La diversidad geográfica de Guerrero, marcada por su extensa línea costera y la imponente Sierra Madre del Sur, crea un verdadero mosaico de climas que influyen directamente en la vida de sus habitantes, su agricultura y su vasta biodiversidad.
¿Cómo es el clima en las costas de Guerrero?
En las zonas costeras y las tierras bajas de Guerrero, incluyendo destinos turísticos emblemáticos como Acapulco, Zihuatanejo y las regiones de la Costa Grande y Chica, el clima predominante es cálido y caluroso. Aquí, las temperaturas promedio anuales superan los 22∘C, con sensaciones térmicas que a menudo son más altas debido a la humedad. La vegetación es exuberante, con selvas bajas caducifolias y manglares, adaptadas a periodos de lluvia definidos y una intensa evaporación. Este clima es ideal para el cultivo de coco, mango y otras frutas tropicales, y, por supuesto, para el turismo de sol y playa que atrae a visitantes de todo el mundo.
¿Qué clima predomina en la Sierra Madre del Sur de Guerrero?
Sin embargo, a medida que nos adentramos en el territorio y ascendemos por las laderas de la Sierra Madre del Sur de Guerrero, el panorama climático cambia drásticamente. A partir de los 2,000 metros sobre el nivel del mar, y extendiéndose por municipios como Taxco de Alarcón o las comunidades de la región de La Montaña, encontramos un clima templado subhúmedo. Aquí, el calor sofocante de la costa da paso a temperaturas más moderadas, con veranos frescos y lluvias abundantes, e inviernos que pueden registrar temperaturas bajas, incluso con la posibilidad de heladas en las cumbres más elevadas.
Este clima templado favorece una vegetación distinta, con bosques de pino y encino que cubren las montañas, y una agricultura enfocada en cultivos como el maíz, frijol, papa y hortalizas, que son la base económica de muchas comunidades serranas. La diferencia entre el ambiente costero y el serrano es palpable: mientras en la playa se busca refrescarse en el mar, en la sierra puede ser necesario un suéter o una chamarra, incluso en épocas que no son de frío extremo.
Esta notable dualidad climática no solo define el paisaje de Guerrero, sino que también marca las tradiciones, la gastronomía y las actividades económicas de sus diversas regiones. Es un recordatorio de que, más allá de sus famosas playas, Guerrero es un estado de contrastes geográficos y ambientales que lo hacen excepcionalmente rico y diverso.