En Internet, tras la campaña de una ex candidata presidencial en 2018 que disgustó a muchos tuiteros, comenzó a emplearse la jerga “Cñora”, para referirse a “una señora conservadora o regañona”.
Al menos durante dos años después, la palabra continuó usándose para resaltar expresiones de desacuerdo: “Cállese cñora”, “siéntese cñora”. Eso al parecer acabó y si todavía aparecen ese tipo de burlas en redes sociales son remanentes de aquella época.
Ahora bien, para muchas mujeres puede ser incómodo e incluso molesto que las llamen “señora”. Hay casos en los que se busca evadir la palabra y piden que mejor las llamen de otra manera, lo cual es respetable y se debe acatar; pero, ¿por qué a algunas mujeres les causa disgusto que las llamen señoras?
Una académica llamada Hortensia Moreno, consultada por la Universidad Autónoma de México (UNAM), afirmó que la palabra “señora” tiene tres connotaciones sociales que son chocantes para las mujeres, ya que reflejan estereotipos de género todavía vigentes en este tiempo.
¿Qué aspectos se juzgan de las mujeres para que las llamen “señoras”?
La Académica puntualizó que estas connotaciones se centran en la sexualidad, el estado civil y la edad, y que de acuerdo a su valoración, son “aspectos entrelazados que contienen alusiones poco gratas en la vida de las mujeres”.
1. Sexualidad: La palabra señora se contrapone a la palabra señorita y se relaciona con la pérdida de la virginidad. En este aspecto, Hortensia Moreno pone el ejemplo de la canción de la Costa Chica de Guerrero, citando: “Uno de sus versos dice: San Marcos tiene la fama de las mujeres bonitas, Acapulco también tiene, pero no son señoritas”.
Moreno precisa que pese a que hay una mayor aceptación de las relaciones sexuales fuera del matrimonio, la sociedad sigue cargando con el peso de las palabras señorita y señora.
2. Estado Civil: A las mujeres se les otorga un espacio dentro de la familia y se enfatiza su relación con los hombres. En este caso la UNAM se refiere a cuando una mujer es la señora o esposa de alguien, es decir, esta posición les da un lugar dentro de la familia. De forma más detallada se refiere al énfasis que se pone a su estado civil: socialmente se considera “pasada” a quien ya es señora.
3. La edad: Cuando una mujer es clienta en alguna tienda, a veces los trabajadores no saben cómo referirse a ellas, las dos opciones son: señora o señorita, en este caso hablamos de una distinción de la edad.
La situación es clara: a una joven de 15 a 30 años de edad todos la llaman señorita, pero a una de 40, la mayoría le dirá señora.
¿Señora, señorita o ninguna de las dos?
Hortensia Moreno precisa que “cuando una señorita pasa a ser señora es un momento crítico en la vida de una mujer. Independientemente de si una chica es virgen o no, si está casada o no, si tiene hijos o no, no hay equivocación: las marcas de la edad son claras. Desde ese momento es señora”.
El punto clave en este último aspecto es que el tema de la edad tiene relevancia mayor para las mujeres que los hombres. Ser llamada “señorita” significa ser joven y atractiva. Entonces el tema de la “señora” está relacionado con el cuerpo, cómo luce, se valora y se representan dentro de la sociedad.
Para finalizar, en muchos casos la palabra “señora” representa una producción de estereotipos de género, sexualidad y edad. “En el momento en que le dicen señora a una mujer, significa la pérdida de su valor en el mercado, su sexualidad y su atractivo para el sexo opuesto”, remata la académica consultada por la UNAM.
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