En parques de la capital británica, se está popularizando una peculiar práctica entre personas de la veintena: reunirse en grupo para gritar a pulmón abierto. Esta actividad, que algunos llaman “terapia de grito” o “club del grito”, pretende convertirse en un canal colectivo para liberar estrés, frustración o emociones acumuladas.
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¿Cómo se lleva a cabo esta singular forma de liberar emociones en grupo?
Los asistentes se reúnen en espacios abiertos, como la colina de Hampstead Heath, para participar en una dinámica poco común: antes de gritar, comparten brevemente las emociones que los motivan a estar ahí, como el estrés, la soledad o el desgaste emocional. Luego, al unísono y tras una cuenta regresiva, todos liberan un grito intenso. Algunos optan por grabar el momento con sus teléfonos y difundirlo en redes sociales como una forma de visibilizar esta expresión colectiva.

¿Qué ha motivado a los jóvenes a participar en estas sesiones de gritos colectivos?
La impulsora de uno de estos eventos, Mona Sharif (26 años), explica que la iniciativa “está inspirada en la terapia de grupo y en la terapia del grito, donde las personas expresan frustraciones que no pueden verbalizar”.
Para muchos jóvenes británicos, acosados por la ansiedad, la soledad o la presión académica y económica, el acto de gritar en colectivo representa una descarga simbólica que no encuentran en su entorno habitual.
¿Cómo ha respondido la juventud a estas convocatorias?
Durante un primer evento en el que se convocó a través de redes sociales, se reportó la asistencia de alrededor de mil personas en solo tres días de difusión. Los jóvenes afirman que “fue terapéutico… uno no se da cuenta de todo lo que guarda hasta que lo deja salir”.
¿Tiene sentido terapéutico gritar en grupo, según los especialistas?
Especialistas en el área de la salud mental advierten que la idea de liberar emociones reprimidas en grupo no es nueva. Sin embargo, lo que rescatan muchos es la dimensión de comunidad que se crea, algo especialmente relevante en ciudades donde la gente vive aislada.
De acuerdo a una encuesta para la University College London (UCL), dos tercios de los jóvenes entre 16 y 25 años en Gran Bretaña han sufrido o están sufriendo problemas de salud mental, ligados a estudios, economía o presión social. Por tanto, la tendencia de gritar en grupo parece responder a una necesidad emocional real.

¿Cuáles son los límites?
Aunque la actividad puede ser liberadora, los expertos señalan que no sustituye la atención profesional cuando existen trastornos como ansiedad crónica o depresión. Además, recomiendan que estas dinámicas se realicen en entornos seguros, con respeto al vecino y evitando riesgos físicos o auditivos. En otras palabras: puede servir como complemento de bienestar social, no como terapia única.
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